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martes, 21 de enero de 2014

“¿Cuáles son las probabilidades de que eso suceda?”

“¿Cuáles son las probabilidades de que eso suceda?”



Esa es la pregunta que con mayor frecuencia realizan los manipuladores de alimentos que no comprenden el significado ni la trascendencia que tienen los errores ocasionales derivados del incumplimiento de las Buenas Prácticas Higiénicas (BPH). 

En nuestra vida diaria, la probabilidad de uno en un millón se piensa tan remota que asumimos el riesgo; no obstante, debemos tener presente que en una planta procesadora de alimentos, un riesgo de uno en un millón se torna simplemente inaceptable

Este mismo principio puede trasladarse a los servicios de alimentación, especialmente a los comedores institucionales, debido al volumen de comensales que allí se atienden y, por ende, al volumen de alimentos que se manipulan. Esto a razón de que en servicios u operaciones de esta naturaleza, un error o descuido por parte de las personas que allí trabajan, puede afectar a un número importante de comensales, dejando una huella -negativa- considerable en la comunidad o grupo al que brindan el servicio

Por este motivo, los manipuladores de alimentos deben capacitarse, no sólo al comenzar a trabajar en este tipo de áreas, sino de manera continua; pues esto va a permitir que los mismos vayan transformándose en individuos más responsables y conscientes del riesgo potencial que existe cuando no se siguen las BPH, o las mismas se aplican de manera inadecuada.


En este punto no debemos olvidar que, según lo expuesto por la corporación sin fines de lucro AIB International:
¡Casi la MITAD de todas las Enfermedades Transmitidas por los Alimentos (ETA) son causadas por la falta de higiene! 

Seamos ahora multiplicadores de esta información fomentando cada vez más la capacitación continua de los manipuladores de alimentos en las empresas, y preguntémonos...

¿Cuántas vidas tocaremos hoy?


sábado, 4 de enero de 2014

Desperdicio de comida = Desperdicio de dinero

Voy a comenzar esta publicación con un video que trata sobre el desperdicio de alimentos, y lo relaciona con una de sus consecuencias, el desperdicio de dinero. El video se llama “Food waste = Money waste” y fue producido por la Sección de Medio Ambiente del Consejo del Condado de Monaghan, Irlanda.

El mismo se enfoca específicamente en el área de la restauración y busca evidenciar, de una manera algo “cruda”, una de las consecuencias que acarrea el desperdicio de alimentos. La particularidad del mismo y lo que, en mi opinión, logra que su mensaje llegue con el impacto necesario, es que aborda uno de los aspectos que más nos afecta en nuestra vida cotidiana, como es el dinero; pues tristemente no hay nada que nos duela más que “nos toquen el bolsillo”.

Pues este video tiene la particularidad de que sustituye los alimentos por billetes y monedas, observándose cómo se botan a la basura cantidades de dinero considerables por un mal procesamiento de los alimentos (mal picado de alimentos generando más desechos de los necesarios al botar partes comestibles, quemado de preparaciones que posteriormente deben desecharse…) y por la importante cantidad de residuos que quedan en los platos que devuelven porque los comensales no se comieron.




Esta situación se observa no sólo en el área de la restauración o servicios de alimentación, sino en otros niveles de la cadena alimentaria.

“Más alimento, menos desperdicio” 


El Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de España, creó un Programa para la reducción de las pérdidas y el desperdicio alimentario y la valorización de los alimentos desechados denominado “Más alimento, menos desperdicio”.

En el mismo se plantea al desperdicio de alimentos como un tema que involucra “cuestiones éticas, económicas, sociales, nutricionales y ambientales, debiéndose buscar soluciones que en todo momento tengan en cuenta la seguridad alimentaria”

Señalan que no es sólo “una oportunidad desaprovechada de alimentar a una población mundial en aumento, sino que, en el actual contexto de crisis económica (…), la reducción de este desperdicio alimentario sería un paso preliminar importante para combatir el hambre y mejorar el nivel de nutrición de las poblaciones más desfavorecidas”. 


De igual manera, plantean en su programa el impacto ambiental que también se genera desde el punto de vista de la utilización de recursos naturales finitos como son el agua y la tierra, usados para la producción de éstos alimentos que son desechados; así como los efectos adversos al medio ambiente que se forman durante la producción de los mismos. Sobre esto tratamos en el post "2013 - Año Internacional de la Cooperación en la Esfera del Agua

En este sentido, establecen lo siguiente: 


“No se puede, por tanto, limitar las actuaciones relacionadas con la sostenibilidad a la eficiencia en la producción y la distribución de alimentos, sino que también se deben examinar las pautas de consumo de alimentos con el objetivo de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos”.


Etapas en las que se generan pérdidas y desperdicio de alimentos 



Como se señaló anteriormente, los alimentos se pierden y despilfarran a lo largo de toda la cadena de suministro de alimentos, que va desde la producción agraria hasta el consumo final (hogar o restauración). 

Según lo establecido a este respecto por el Programa “Más alimento, menos desperdicio”, en países de bajos ingresos, la mayoría de los alimentos se pierden en las etapas de la cadena de alimentos que van de la producción al procesamiento; mientras que en aquellos países que poseen medianos y altos ingresos, las pérdidas y el desperdicio son generados primordialmente por hábitos de consumo inadecuados.


En esta oportunidad, nos vamos a enfocar específicamente en la fase de consumo (hogar y restauración), considerando que la misma compone el último eslabón de la cadena en la cual, nosotros como consumidores y manipuladores de alimentos, podemos influir de manera más directa mediante un cambio en nuestra conducta; pues los hábitos de consumo, así como la actitud del consumidor en determinadas culturas, han producido una cantidad de desperdicios alimentarios considerable. 

En nuestros hogares, la presencia de malos hábitos de planificación al momento de hacer la compra y una manipulación inadecuada de los alimentos conllevan a que se origine un despilfarro importante que podría evitarse. Esto aunado a la falta de comprensión de la información indicada en las etiquetas de los alimentos, en lo que a conservación y caducidad o vencimiento del producto respecta. 

En este sentido, la Comisión Europea estableció los siguientes consejos para generar menos residuos alimentarios:


Nosotros como consumidores y manipuladores de alimentos, debemos unificar esfuerzos para lograr generar una disminución del desperdicio alimentario a corto, mediano y largo plazo; invitando así mismo a todos los demás actores involucrados (productores primarios, industrias, entes gubernamentales...) a que se continúe trabajando en la mejora de la eficiencia de la cadena alimentaria en nuestro país.