El estrés está cada vez más presente en nuestra vida cotidiana.
Si salimos tarde al trabajo y hubo un choque en la vía ¡Estrés! Si se acerca la fecha de pagar el alquiler y aún no completamos la cifra ¡Estrés!
Si bien sabemos que muchas situaciones pueden generarnos estrés, no muchos conocen de qué manera éste puede ayudarnos a engordar. Fíjense que dije “engordar” y no sólo “subir de peso”, pues podemos subir de peso a expensas de músculo. Pero durante estas situaciones aumentamos de peso es a expensas de grasa.
¡Sí! Esa que se acumula en nuestro vientre, piernas y caderas.
Y esto se debe a que, en situaciones estresantes, nuestro cerebro activa una cascada de reacciones para que nuestro cuerpo afronte esa situación percibida como “peligrosa”; sin importar si la misma es que nos va a devorar un dinosaurio (como pasaba en la prehistoria) y tenemos que huir, o que debemos entregar ese importante informe a nuestro jefe antes de las 5 p.m. y… ¡aún no está listo!
Nuestro cuerpo va a reaccionar muy similar en ambos casos, pues se prepara para la situación de peligro percibida, sin importar cuál sea esta.
Una de las tantas respuestas fisiológicas que tiene nuestro organismo a todo ésto es asegurarse de que cuenta con reservas de energía suficientes para afrontar el peligro. Y sí, esas reservas no son más que esa grasita que tanto queremos eliminar de nuestro abdomen y caderas. ¡Y es lógico!
¿Qué pasaría si nos avisaran que se aproxima un desastre natural? Mantendríamos en nuestras despensas una reserva de alimentos para enfrentar la emergencia ¿verdad? ¡Pues así funciona nuestro organismo!
¿Qué pasaría si nos avisaran que se aproxima un desastre natural? Mantendríamos en nuestras despensas una reserva de alimentos para enfrentar la emergencia ¿verdad? ¡Pues así funciona nuestro organismo!
Por esto debemos evitar ingerir alimentos hipercalóricos, como frituras, o que nos aporten calorías vacías, como dulces y chucherías.
Exactamente, ¡lo que más comemos en ese tipo de situaciones!
La actividad física es otro gran aliado que podemos usar a nuestro favor para quemar esas calorías de más que solemos consumir en estos períodos. No olvidemos tampoco que durante el ejercicio nuestro cuerpo secreta otro tipo de hormonas que contrarrestan el efecto del estrés, como son las endorfinas, que no sólo nos hacen sentir más relajados, sino que favorecen el vaciado de esos bolsillitos de grasa de nuestro organismo. ¿Fabuloso no?